«Hacer las cosas bien». Así decían nuestros abuelos cuando se referían a respetar a los mayores. A proteger a los niños. A esforzarse en el trabajo. A colaborar con el vecino. A cuidar las cosas. A mantener limpia la ciudad. A regar las plantas. A cumplir con la palabra. A pensar. A planear. A hacer.
No sé qué pasó después… pero por suerte la idea ha vuelto. Y ahora decimos «sustentabilidad» cuando nos referirnos a crear relaciones enriquecedoras con el medioambiente, con la sociedad y con la economía.
En El Castillo creamos relaciones enriquecedoras con el medioambiente a través de una restauración ecológica y un sistema de gestión eficiente de la energía, creamos relaciones enriquecedoras con la sociedad a través del equipo de trabajo formado con personas locales que estaban desocupadas y sin oficios, y creamos relaciones enriquecedoras con la economía a través de un producto enfocado en programas educativos basados en la ciencia y en el arte. Y algo más: nuestra historia está centrada en valores familiares que se reciben, atesoran y transmiten de padres a hijos, de hermanos a compañeros de equipo, de huéspedes a sociedad.
«Nietitos del alma, eso es hacer las cosas bien». Así dirían nuestros abuelos hoy.



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